Sunday, November 10, 2013

Agradecimiento

Hoy al fin monté bicicleta nuevamente en la calle, fue para celebrar que hace exactamente tres meses en esta noche la vida me invitó a un accidente que me ha cambiado, quiero compartir algunas cosas que he tenido tiempo para unir y contemplar:

Sobre el coraje:
Coraje no es no tener miedo, es continuar con la vida a pesar del dolor (ver sección sobre el dolor). 
Hay que tener coraje para estar solos (ver sección sobre soledad).

Sobre el dolor:
Abrasa los sentidos, donde no se es un título, ni un profesional, ni un aspirante, ni un especialista, eres puramente humano, desnudo ante la experiencia sensorial.
Es una ambición egoísta inmensurable.
Es una marea, que aterra con su infinitud.
Es fuente de la ansiedad de ir a un lugar donde te reparan.
Dolor es lo que viene antes del entusiasmo. Y también es lo que queda después de él.
El dolor es lo que me provoca cantar vulgaridades, contar los pisos del edificio que está en la ventana para hacerme trampa.
Dolor es lo que me permite ser fuerte.
El dolor es no poder decir muy bien qué es el dolor.

Sobre la soledad:
Cuando te abandonan, la soledad es superable, pero cuando tú te abandonas, la soledad es casi incurable; esto hace que la soledad sea insoportable sin uno mismo. 
De todas las soledades, la que más me gusta es salir de la cama cuando yo quiera, cosa que mi condición me impidió hacer por un mes, si eres sabio, quizás logres madurar los deseos a paciencias.
Para Bukowski saber mantener el equilibrio justo entre soledad y gente, ésa es la clave, ésa es la táctica, para no acabar en el manicomio.
Así que aprende a disfrutar la soledad y encontraras a la persona que te cambiara la vida: tú mismo.

Sobre las amistades:
Mi tipo favorito de amistad es el que los dos comprenden que tienen compromisos en la vida, y que hay veces que por un tiempo no hablarán. 
Esto no significa que no estarán el uno para el otro cuando se necesiten.
O que tienes que cambiar de amigos, especialmente si estás dispuesto a aceptar que los amigos también cambian.
En las miradas, conversaciones, visitas y otras demostraciones físicas de mis amigos logré sentir algo muy especial: el calor de sus corazones y la nobleza de sus almas.
A veces, amistad es compartir el prejuicio de la experiencia.
Mis amistades han sido mi mano pierna derecha.

Sobre la familia:
La vida se siente más completa si soy el mejor amigo de mis hermanos.
Y hermano de mis mejores amigos.
Mi madre fue mi superhéroe en mi infancia.
Mi padre ha retomado la tarea en mi adultez, voló 7 horas para encontrarme a la puerta del quirófano.

Sobre la vida:
Mi madre decía (sin timidez alguna por herir mi comodidad) que iba a quedar atrofiado de tanto pasarla sentado. Mamá sabe mucho viste, estuve un mes inmovilizado y mi cuerpo se comió mis músculos.
En esto aprendí que es imprescindible ejercitar el músculo de dejarse sorprender.
Otro ejercicio fundamental es la meditación, otra de esas cosas buenas de la vida que tu madre siempre te quiso enseñar y no le parabas mucha bola.
En nuestra vida moderna, las ambulancias son unos vehículos peculiares, transportan en sí una carga de esperanza y angustia en un mismo viaje.
Y la esperanza no es más que “la vida misma defendiéndose” recordando a Cortázar.

Sobre la muerte:
Todo lo que es verdaderamente nuevo da miedo o maravilla, estar cerca de la muerte da los dos al mismo tiempo.
La muerte trae incertidumbre, la incertidumbre es la hermana histérica de la esperanza.
Walt Whitman lo resume con mucha clase así: “si llego a mi destino ahora mismo, lo aceptaré con alegría, y si no llego hasta que transcurran diez millones de años, esperaré alegremente también.”

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