A todos nos gusta conocer una persona fuerte y decidida,
con ese carácter de ver soluciones donde los otros ven problemas, almas
emprendedoras de ideas y bondad. Al tratar de encajar una persona que conozcas
a este perfil, lo más probable es que será alguien del sexo femenino. Este ser que
sí no es el más autosuficiente de nuestro planeta, seguramente está en las
primeras posiciones (probablemente disputando el primer lugar con el gato
doméstico).
En un extremo tenemos a las mujeres sumamente autónomas,
de ellas quiero dar mi perspectiva (que no necesariamente es la correcta). Son mujeres que actúan y se proyectan como si no
necesitaran nada ni nadie, especialmente nadie, ni para armar el mueble nuevo,
o cargar todo el super del mes, o que la busquen a la casa, o que la apoyen en
una crisis personal. Ya vemos el primer error, error por parte de nosotros
-como sociedad- y de ellas como ser humano. Puesto que los seres humanos
estamos necesariamente orientados hacia otros seres humanos, necesitamos
pertenecer a grupos, tener una pareja, un compañero/a, amigo/a, amante. Pero
estas mujeres que no necesitan a nadie, trabajan un gran porcentaje de su vida
para sentarse a sus altos 30's y bajos 40's y poder decir "lo hice
todo sola". Así que pienso yo en su lugar ¿realmente vale la pena
esto?
No sé si es una reacción generacional tardía, resultado
de la competitividad que se generó por el “tener que ganarle al hombre” de las
últimas décadas, y carajo que sí se lo tomaron a serio, tenemos algunos efectos
secundarios de esta actitud autárquica: tienen que aparentar ser sumisas para
poder socializar o cumplir con los roles que sus padres, pares o la sociedad
les exige, perdiendo la cualidad de quienes son realmente; es fácil confundir
una hembrista con una mujer autosuficiente, lo que repela y dificulta la
aproximación de hombres a ellas; igual con su jerarquía profesional o
inteligencia, que pueden intimidar a sus posibles parejas (seamos realistas vivimos
en una región de machistas inseguros); son vistas como “diosas intocables” o generan
el efecto sexual Marilyn Monroe de eyaculación precoz; estos entre miles de
otros problemas: les cuesta "encontrar" un hombre.
¿Y qué locura no? Tienes a estas mujeres que son exitosas
en su trabajo, -y en consecuencia- adineradas, de buenas familias, han cuidado
su físico y belleza rigurosamente, y resulta que no se merecen nada más y nada
menos que al hombre “perfecto”. El que cumpla con todos los patrones
preestablecidos que tienen enlistados para continuar llevando esa vida
milimetrada, donde este ejemplar masculino no supere el filtro será calificado
como “uno más del montón”, y nuevamente comienza el ciclo enfermizo de
desesperanza.
Nadie es completamente autosuficiente, todos valoramos
alguien que se preocupe por nosotros, somos seres sociales por naturaleza, la
soledad es necesaria para cada uno, pero en exceso puede hasta duplicar el
riesgo de trastornos como: Alzheimer y Demencia. Aunque siempre puedes comprar
un gato -o diez- ¿no? Así que a relajarse, es normal tener miedo de bajar la
guardia y dejarse querer, hay que cuidar más de la belleza interna, enfocar la
vida no solo al trabajo pero también hacia las relaciones, y esa felicidad
deseada se realizará por sí sola. Estoy a favor de que las mujeres sean
exitosas, de la igualdad en el ambiente laboral, independencia económica, y muy
importante, independencia emocional. Pero al final si te vas al extremo ¿con
quién disfrutarás todo ese éxito que
quieres cultivar? La felicidad es realmente verdadera cuando es compartida.
Encuentra un hombre que te ame como eres y que te haga ser mejor cada día, el
resto caerá en su lugar por sí solo.
*Clickear los enlaces para leer más.
*Clickear los enlaces para leer más.
No comments:
Post a Comment